Aceites
El aceite de motor es necesario para el correcto funcionamiento del motor de combustión. Su tarea principal es lubricar las piezas móviles del motor, lo que reduce la fricción y el desgaste, además de proporcionar refrigeración, limpieza y protección contra la corrosión.
El aceite hidráulico protege eficazmente el sistema de la máquina contra los efectos nocivos de la humedad. Se utiliza, entre otros, en actuadores de máquinas, convertidores de par, amortiguadores de aceite y sistemas de frenos.
El aceite para engranajes es el principal responsable de lubricar los componentes de la caja de cambios. Reduce la fricción de las partes posteriores del mecanismo, afectando positivamente la calidad de su funcionamiento. Se utiliza en varios tipos de transmisiones mecánicas, incluidas transmisiones manuales, diferenciales, engranajes de eje y otros mecanismos de transmisión de potencia. Su tarea principal es garantizar una lubricación adecuada y protección contra el desgaste, la corrosión y el sobrecalentamiento de los componentes del engranaje.