La articulación y el extremo de la barra de dirección son elementos clave del sistema de dirección del vehículo, responsables del control preciso y la estabilidad de conducción.

El extremo de la barra de dirección se utiliza para transmitir movimientos de dirección a las ruedas del vehículo, permitiéndoles girar y controlar la dirección de la marcha. Es un elemento del sistema de dirección que conecta la varilla de dirección con el cubo de la rueda, gracias al cual la rotación del volante se traduce en el movimiento real de las ruedas en la dirección adecuada. El extremo de la barra de dirección contiene una rótula que permite un movimiento flexible, adaptándose a las irregularidades de la carretera y a los cambios en el ángulo de las ruedas. Esto garantiza giros suaves y un manejo estable del vehículo, lo cual es esencial para una conducción segura y cómoda.

Se utiliza una articulación (generalmente una rótula) para permitir un movimiento suave y flexible entre elementos del sistema de dirección o suspensión de un vehículo. Su función principal es asegurar la libre circulación en varios planos, lo que permite que las ruedas se adapten a terrenos irregulares y realicen giros. Una rótula permite conectar componentes rígidos como la cremallera de dirección y la suspensión y, al mismo tiempo, les proporciona movilidad, lo cual es crucial para la estabilidad y la precisión de la dirección. Gracias a la articulación, las ruedas pueden moverse verticalmente (en respuesta a los desniveles de la carretera) y horizontalmente (al girar), garantizando seguridad y comodidad en la conducción.

La inspección y sustitución periódica de estos componentes es crucial para la seguridad del vehículo, porque el desgaste de las articulaciones o de los extremos de las barras de dirección puede provocar holgura en el sistema de dirección, lo que afecta a la precisión de la dirección y a la estabilidad de conducción.